a ocupación, sociedad y cultura de los habitantes de Puerto Rico antes de la irrupción de los españoles en el Caribe, es sin duda uno de los temas más apasionantes entre los que interesan conocer nuestro pasado.

El mismo, no obstante, está enmarcado en polémicas académicas. La base de estos debates responde a que los habitantes del llamado Puerto Rico no conocían la escritura por lo que no nos delegaron relatos sobre sus orígenes, emigraciones a nuestra Isla, costumbres y vidas. Los historiadores tienen que depender de otras disciplinas, primordialmente de la arqueología, para intentar describir lo que se conoce como la prehistoria de Puerto Rico. El acontecer humano sólo llegó a documentarse a partir de la llegada de los conquistadores españoles.

Ante la falta de fuentes documentales, nos vemos obligados a explicar los períodos antes de la colonización a través de hipótesis, o sea, explicaciones tentativas a un problema determinado. Veamos en la forma más concisa posible las hipótesis más aceptadas al presente sobre nuestra prehistoria.

Los primeros habitantes comenzaron a llegar al Nuevo Mundo a través del Estrecho de Bering, entre Siberia y Alaska, hace 370 siglos. Estos inmigrantes eran nómadas, no dominaban la agricultura y sobrevivían de la caza y los alimentos que les proveía la naturaleza. No fue hasta el año 6500 antes de Cristo que estos habitantes, a los que denominamos amerindios, desarrollaron técnicas agrícolas que les permitieron establecerse, alimentar a una mayor población, crear ciudades y entidades culturales, sociales y políticas más complejas. Este fenómeno trascendental en la prehistoria americana se dio en Mesoamérica (México y Centroamérica) y en la región de los Andes.

Racialmente dichos colonizadores asiáticos, antiguos antecesores de los posteriores taínos del Caribe, eran de la raza mongoloide, con tipo de sangre O, siendo los A y B muy raros. Pero su aislamiento genético del Viejo Mundo fue tal que se les considera unas de las más grandes y recientes familias humanas. Su despegue de las otras razas y culturas fue tal que desconocían sobre el gran invento de la rueda, el uso del hierro, y de la existencia de animales cuadrúpedos como los caballos, las mulas y las vacas. Sólo entre los incas de la región andina se conocieron las llamas y alpacas.

Los amerindios de las Antillas

La expansión de estos pobladores hacia el sur de América fue una muy lenta que tomó largos siglos. La procedencia de los amerindios en el Caribe es aún tema de debate. Unos señalan que llegaron desde la Florida, y otros que de Centroamérica o Sudamérica. Es posible que hubo migraciones de las tres procedencias.

Los que defienden la teoría suramericana señalan que hace 40 siglos emigrantes de la zona del río Orinoco de Venezuela comenzaron su travesía hacia lo que hoy llamamos las Antillas Mayores (Puerto Rico, la Española, Cuba y Jamaica), aprovechando el collar de islas caribeñas. Los que defienden dicho postulado lo hacen interpretando los artefactos arqueológicos encontrados y señalándoles un espacio cronológico determinado.

La cultura arcaica Esta primera cultura amerindia suramericana, muy sencilla y que por hallazgos arqueológicos identificamos en las áreas costeras de nuestra Isla, se les conoce como la arcaica. La misma es llamada también precerámica y "del cangrejo". Estos amerindios, y la llamada cultura arcaica, es la primera de tres complejos culturales que se dio en nuestra tierra según lo interpretan algunos arqueólogos. Las otros dos son la aruaca y la caribe.

Los arcaicos eran nómadas y preagrícolas, no desarrollaron métodos agrícolas; sobrevivían de lo que la naturaleza les brindaba: ostras, almejas, aves, jutías (conejillos de indias), insectos, peces, cangrejos y frutas. Vivían posiblemente en pequeños grupos, en comunas playeras, con una escala social muy sencilla. Es común encontrar enterramientos procedentes de la cultura arcaica en cuevas. Usaban la concha y la piedra (sílex), pero no sabían preparar utensilios y cerámica. Pese a su antigüedad, de más de 7,000 años, algunos de estos grupos arcaicos aún sobrevivían en el oeste de Cuba cuando los españoles llegaron al Caribe.

Fuentes etno-históricas de fray Bartolomé de Las Casas, Bernal Díaz del Castillo, Pedro Mártir de Anglería, Oviedo y Diego Velázquez había descrito la existencia de estos amerindios durante la conquista. Mas, no fue hasta principio del siglo XX pasado que la existencia de estos aborígenes antillanos comenzó a ser confirmada mediante excavaciones arqueológicas y confirmadas por Fewkes (1904), Beuchat (1912) Cosculluela (1918), Harrington (1921), Loven (1935) y Pichardo (1935).

Estos habitantes de cultura arcaica, pre-agrícolas y pre-cerámicas de Cuba eran conocidos como guanajatabeyes, señala el arqueólogo Ricardo Alegría. El mismo Cristóbal Colón, durante su segundo viaje, al recorrer la costa oeste de Cuba no pudo comunicarse con ellos pues no hablaban la "lengua universal" de las Antillas Mayores, y que empleaban los taínos de Puerto Rico, la Española, Cuba y Jamaica.

El cronista Pedro Mártir describió así el hecho:

Las Casas los describiría luego como:

El conquistador de Cuba, Diego Velázquez escribió:

En una próxima ocasión hablaremos de la cultura aruaca.