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DE CATALUÑA A AGUADILLA / p. 1 de 3
Catalanes en Puerto Rico

Por Haydée Reichard de Cancio, PHD

(c) CopyRight - Prohibido copiar, reproducir


Escudo de Cataluña

ESCUDO CATALÁN
La referencia más antigua a las barras o "Señal real de Aragón" data del reinado de Alfonso II "el Casto" (1162 - 1196).
En heráldica este emblema se define como cuatro palos de gules en campo de oro.

a emigración en sucesión la vemos en Puerto Rico con los emigrantes que advierten oportunidades que no tienen en su lugar de origen. A muchos se le proveía transportación, techo, empleo por aquellos paisanos suyos que habían migrado antes que ellos y a otros el propio gobierno estimulaba la emigración blanca ante los sucesos en Santo Domingo y Haití. Esto lo vemos según estudiamos algunas de las emigraciones a la Isla como la de los corsos, alemanes (ver: La presencia germánica en Puerto Rico) catalanes, mallorquines y otros que formaron una especie de hermandad donde se protegían localmente y en la Isla. Las continuas emigraciones al pueblo que los acogía formaban núcleos de parientes y amigos de sus lugares de origen. Esa fuerza que venía reclutada por vecinos y parientes se convertirá en la fuerza que moverá la agricultura, el comercio y formará un nuevo Puerto Rico a principios del siglo XIX.

Además existió la emigración por ciclos que por tiempos se desplazaba a la Isla y más tarde retrocedía o retornaba a su puerto de origen. Era más bien "una relación colonial entre la comunidad de salida y el destino." Aguadilla fue una de las ciudades de Puerto Rico que más catalanes albergó y fueron ellos con sus casas de comercio, en unión a la emigración alemana, italiana, canaria y vizcaína las que levantaron al recién establecido pueblo frente a la playa donde abundaba la marinería y la pesca como modo de vida. Ciudad cosmopolita donde se respiraba no sólo los aires marítimos y las brisas de Jaicoa, sino una sociedad en la que se podía ir al teatro, visitar un centro social, comer en un buen restaurante y convivir con aquellos que llegaban a nuestro puerto marítimo (Ver Aguadilla: su trasfondo histórico marino), el cuarto de la Isla, trayendo la última moda de Paris, finos dulces de España y comestibles y textiles tanto de los Estados Unidos como de Europa.

Se encontraba Aguadilla (Ver: cd/censos de Aguadilla) en trámites de su fundación hacia 1775 (Ver: Fundación de Aguadilla), cuando unos años antes catalanes como José Pascual y Coll y Antonio Sardá conocían las islas del Caribe y la Plaza que representaba comercialmente el barrio Aguadilla.

Cataluña

El puerto de Barcelona con América se abrió a mediados del siglo XVIII, primero con la Compañía de Barcelona, luego la Compañía de Asientos de Negros, que se dedicaban a la trata negra por artículos europeos y de las islas; era una forma de trueque inhumano. Los agentes de la mencionada compañía se inclinaban marcadamente por el café en lugar del tabaco. Encontramos curioso e interesante tropezar con el nombre de don Juan Bernardo de Sosa, quien fuera el fundador de Aguadilla en 1775, como hacendado de café en Aguada y que para 1770 exportaba 1,600 arrobas a 14 en reales de plata por el puerto de Aguadilla. Más tarde se creó la Real Factoría, existiendo una sucursal en Aguadilla en 1789, cuyo Comisionado lo fue el terrateniente don Nicolás de Cardona y Quiñones, quien sería Alcalde de Aguadilla en 1823. Un grupo de intrépidos marinos con ambiciones mercantiles como el Capitán Luis Mestre y Manuel Mestre y Puig habían visitado la Isla y conocido los lugares que le podían ser de provecho económico además de San Juan.

Ribera de Sitges
Ribera de Sitges, Barcelona, en el siglo 19

Existía entre ellos un común denominador que eran paisanos de Sitges, Barcelona. El puerto de Aguadilla no fue abierto hasta el 17 de febrero de 1804, sin embargo con anterioridad al 1784 el Intendente Alejandro Ramírez había pedido la habilitación de dicho puerto por considerarlo de importancia. De 1804 a 1813 se utilizó para buques de cabotaje. El 13 de marzo de 1813 el puerto fue denominado para uso de importaciones y exportaciones universal, abriéndose la Aduana.

La guerra de independencia de Venezuela (Ver: Simón Bolívar en Vieques), los cambios políticos en Santo Domingo, los problemas económicos en España con los vaivenes de la Monarquía y la invasión de Napoleón a la Madre Patria, las desunión que existía en Alemania, hicieron que tanto españoles como extranjeros establecidos en estos lugares prefirieran venirse a Puerto Rico donde el clima político era de estabilidad (Ver: Extranjeros en Puerto Rico). Aguadilla se nutrió de esta élite de profesionales, comerciantes, agricultores, artesanos que no sólo trajeron su capital y vinieron a levantar sus capitales a nuestras playas, sino que aportaron sus conocimientos a una ciudad que estaba comenzando.

La emigración catalana a nuestras playas tuvo sus curiosidades. Esta emigración según la profesora Birgit Sonesson existió en dos dimensiones:

La emigración cerrada, cuyos miembros regresan a Europa
con sus familias; y la otra, los emigrantes de ambos modelos
siempre varones solteros que se casan en la Isla, permanecen
y se integran a la sociedad criolla... Durante los años de 1800
hasta 1840, de 178 españoles que arribaron a Aguadilla,
la emigración estuvo compuesta mayormente por catalanes
(42 de los 91), de los cuales llegaron directos de Cataluña
.

Según estudiemos la emigración catalana a Aguadilla podremos apreciar los dos tipos de emigrantes. No cabe la menor duda que la zona de Aguadilla fue Plaza preferida de un grupo de Sitges, que inyectaron al economía local una estabilidad comercial que en unión a los alemanes, italianos serán la fuerza motriz de la economía aguadillana. Estos emigrantes al pasar de los años se casan y procrean familias que van perdiendo su identidad de peninsulares, alemanes, dominicanos (Ver: Los dominicanos en Aguadilla), venezolanos, italianos… y se convierten en criollos.

Escudo de los Cardona
Descripción y escudo de los Cardona

A continuación voy a tratar de hacer un listado de los catalanes que llegaron a la Villa del Ojo, aunque ya mencioné algunos.

A principios del siglo XIX arriba a nuestras playas don Cristóbal Roqué y Rovira, natural de Villanueva, Barcelona, España. Era hijo de José Roqué y María Rovira. Se casó en Aguadilla el 3 de mayo de 1803 con María Monserrate del Valle y Pérez, de Aguadilla. Hija legítima de don Francisco del Valle González de Movellán y doña Feliciana Pérez de Arce. María Monserrate enviuda y contrae segundas nupcias en 1813 con don Joaquín Añeses y Hurtado, natural de la Isla de León, Cádiz, hijo de José Añeses y Copando y Ana Hurtado y Ortega.

A los diez y siete años de edad en 1803 llega de Tossa del Mar, Gerona, como dependiente de comercio a Aguadilla, Francisco Rabassa Dalmau. Hijo de Gerardo Rabassa y Magdalena Dalmau. Se ubica en casa de su primo, que ya se encontraba establecido en Aguadilla, el señor Gabriel Dalmau. Con los años el Rabassa llegó a tener su propio comercio. Fue una persona muy emprendedora y trabajadora y amante de la cultura. Se cuenta que una de sus nietas fue el amor imposible del compositor Rafael Hernández. Se casó en Aguadilla con María Luisa Domenech de Arce, natural de Aguadilla, hija de don José Martín Domenech y María Arce, natural de Aguada. Ella era hija de don Tomás de Arce y doña María del Rosario Ponce. Don José Domenech fue el primer Alcalde Constitucional de Aguadilla en 1812. Murió en 1821.

En 1805 José Rovira Aligos, residente de Tossa del Mar, Gerona, hijo de Juan Antonio Rovira y Martina Aligo llegó a la edad de diecisiete años a esta Villa a remplazar a su hermano Simeón en la administración de una tienda de comestibles. Don José fundó originalmente las Farmacias Rovira, aunque él no era farmacéutico. La botica del Puente, que estaba localizada en la pasadera que existía en la Calle del Mirador, hoy Gonzalo Firpo, se suponía que la administrara don Pedro Garriga Samada, natural de Reus, provincia de Tarragona, y quien inoportunamente desapareció creándole un grave problema al señor Rovira. La otra botica estuvo en la Calle de la Fuente, hoy Muñoz Rivera, la administraba don Ángel Mendía. Temas y temitas
Temas y Temitas
Haydée Reichard, PHD

Años más tarde los problemas de Rovira cesaron al trasladarse a Aguadilla sus sobrinos Pedro Rovira y Sebastián Rivas Moré.


Como había mencionado anteriormente, existió un conjunto de catalanes que desde el siglo XVIII, estaban buscando lugares propicios para establecer sus comercios en la Isla. Para 1801, don Pedro Milá quiso que sus hijos Pedro y Antonio Milá Vendrell vinieran a América a buscar bienes que él había dejado en sus incursiones anteriores. Más tarde otros dos hijos de don Pedro llegaron a Puerto Rico. José, casado con doña María Ballester y Ballester, tuvo que irse de la Isla a Cuba al morir su suegro. Él tenía comercios tanto en San Juan como en Aguadilla, y en 1804 mandó a buscar a Juan Carbonell Oliver, hijo de Sebastián y de Antonia, naturales de Sitges, Barcelona, para que se hiciera cargo de su negocio en Aguadilla. Algunos de estos datos los encontramos en el libro CATALANES EN LAS ANTILLAS, de la profesora Birgit Sonesson.

Don José Domenech y Bronot nació en la Villa de Veys hacia el año 1734; falleció en Aguadilla el 12 de febrero de 1812. Fue Sargento Mayor de Aguadilla para 1780 (Ver: Milicias Urbanas). Como no existen los archivos parroquiales de Aguada, del siglo 18 por haberse quemado, deducimos nació para 1732 si es exacta la edad que consigna su partida de defunción de su consorte que lo fue doña Margarita Catalina Ferrer en Aguadilla (Ver: Libros parroquiales de Aguada, siglo 19)
. Fueron sus padres don Vicente Ferrer, natural de Francia, y doña Beatriz de la Rosa y Velazco, natural de San Francisco de la Aguada (Ver: Carta al Rey sobre Aguada).

El tronco de la familia Viñolas en Aguadilla lo constituyó don Benito Viñolas y Santes, natural de San Feliú de Guixols, Barcelona, hacia 1804. Contrajo matrimonio en Aguadilla con María Dolores Domenech Ferrer, aguadillana, hija de don Martín Domenech y Bronot y doña María Catalina Ferrer de la Rosa. Viñolas era maestro y murió en 1849. La viuda contrajo segundas nupcias con don Manuel Sus Araujo, natural de de Cádiz, quien fue alcalde de Aguadilla en 1820. Doña María Dolores fue una rica propietaria de esta ciudad y vendió los terrenos donde se encuentra el Viejo Cementerio de Aguadilla al Gobierno Municipal.

Para 1809 se presenta a esta localidad don Jaime Sifre y Ferrer, hijo legítimo de don Bartolomé Sifre y doña Josefa Ferrer. Don Jaime era oriundo de la Isla de Mallorca, Islas Baleares, España, donde nació en 1791. Murió en Aguadilla el 8 de abril de 1851. Se casó con Magdalena Mestre. Su descendencia fue José Ramón Sifre Mestre quien nació en 1830 en Aguadilla y murió en esta ciudad el 1 de febrero de 1910. Contrajo matrimonio con Ana Adelina Simplicia Sapia y Soriano el 16 de julio de 1853. Ella era hija de don Juan León Sapia y Valeta y doña Dominga Soriano y Padrón; él natural de Aguadilla y ella de Santo Domingo. Don José Ramón enviudó y se casó de nuevo con María de la Rosa y Cabán.

El catalán Feliú Font, llegó al puerto de Aguadilla para 1816 asociándose a comerciantes alemanes. Para 1828 él se había asociado a Adolfo Schörder y tenían la Casa Mercantil Font, Schröder y Cía., firma que perduró hasta 1840. La familia Font es otro ejemplo de terratenientes que se mantuvieron alejados de la vida pública. Agustín María Font, padre, casado con Juana Feliú, era hijo del inmigrante catalán Feliú Font y de Rosa Medina, de una familia criolla de San Sebastián. Feliú Font ejerció como comerciante en Aguadilla, pero se trasladó permanentemente a San Sebastián, donde se dedicó a la agricultura.

Dos hijas de Pedro Antonio Echeandía, quienes sus familiares habían emigrado de Venezuela y residido por corto tiempo en Aguadilla antes de mudarse a San Sebastián, se casaron con dos hermanos de Font Feliú, Cecilio Echeandía se casó con Marciana Font y Agustín María Font, contrajo nupcias con Evaristo Echeandía (Ver apellido Echeandía en Tabla de Barceloneta).

Foto a la derecha: Marcianita Echeandía Font, nacida en 1885. Obtuvo el título de farmacéutica en la Universidad de Puerto Rico, y luego siguió estudios en la Universidad de Columbia, Nueva York. Fue profesora en la Isla y los Estados Unidos. Fue fundadora de la Organización de Mujeres Puertorriqueñas y la Asociación de Mujeres Independentistas. Falleció en 1968 siendo estudiante del Colegio de Leyes. Su hermano Getulio, fue legislador en la Isla.
Marcianita Echeandía

Hacia 1818 ya se encontraba establecido en Aguadilla don José Vendrell y Vaguer, natural de Cannet del Mar de la Provincia de Gerona, España. Hijo legítimo de Salvador Vendrell y Sinforosa Vaguer. Se casó en Aguadilla con María Estefanía Ruiz Gandía, hija de Antonio Ruiz y María Dolores Gandia y Martínez, natural de Manatí. Luego del fuego de 1822 se establecieron en Isabela dónde eran dueños de la Hacienda Vendrell. Don José fue alcalde de Isabela (Ver lista de registros de Isabela). Aunque vivían en Isabela (Ver la Iglesia de Isabela). mantuvieron una segunda residencia en Aguadilla en la Calle Santa Bárbara, al lado del Parterre. Más tarde miembros de la familia se mudaron a Ponce.

En 1819 llegó a Aguadilla otro miembro de la familia Rabassa, Gerardo Rabassa, hijo de José y Eulalia Pujols, quien se casó en Caguas el 1 de junio de 1821 con Francisca Imbert Bunker.

Ese mismo año se avecinó a la Villa del Ojo, Carlos Espinet y Camós, natural de Pálamos, Gerona. Hijo legítimo de Esteban Espinet y Rita Camós. Se casó en esta ciudad en 1819 con Francisca Grajales y del Valle, hija legítima de Domingo Grajales y Francisca del Valle y Pérez.

El tronco de José Antonio Vidal de los Olivos quedó constituido con el enlace en Aguadilla el 7 de abril de 1821, del catalán de Pálamos José Antonio, con la aguadillana María Eleuteria de Talavera y Ponce. Ella era hija legítima de don Sebastián Talavera y doña María Eugenia Ponce y Pérez. La contrayente era viuda de don Agustín Valle. Mapa de Cataluña

Eugenio Echegaray de descendencia catalana llegó a Aguadilla como empleado del Comercio Cabrera y Ferrer en 1821. Contrajo nupcias en esta localidad con Cándida Felices.

El mahonés Francisco Javier Rodríguez y de Cardona, hijo de Juan Rodríguez, y Eulalia de Cardona de la isla de Menorca, llegó a Aguadilla para 1821 "tenía una larga trayectoria en el desarrollo del comercio en Aguadilla, pero para 1827, a sus treinta años, ya tenía una posición importante entre los comerciantes del pueblo. Para ese año ya tenía una tienda o un almacén… a mediados de la década de 1830. Jaime Rodríguez se había unido al grupo de los principales prestamistas y proveedores de crédito a agricultores de Aguadilla y la región". Jaime Rodríguez de Cardona contrajo nupcias con María Dolores del Valle y Arce, aguadillana, hija de don Antonio del Valle y Pérez y doña María Gregoria Arce Ponce de León. Fue socio comercial de su suegro don Antonio del Valle y comenzaron la firma comercial Valle y Rodríguez.

También llegó a nuestras playas el mallorquín Francisco Javier Rodríguez Betancourt, natural de Palma de Mallorca, e hijo de Francisco Rodríguez y María Betancourt. Desde que llegó a esta población se dedicó al comercio. El 6 de abril de 1837 contrajo matrimonio con María Saturnina del Valle y de la Rosa, aguadillana, hija de don Dionisio del Valle y Pérez y Francisca de la Rosa y de las Cajigas.

Las raíces de la familia Casanova se remontan en Aguadilla hacia 1822, con el matrimonio de José María Casanova y Alcaide, natural de Pálamos, Gerona, hijo de José y María. El joven Casanova se casó en Aguadilla con María del Carmen de la Rosa, en 1822. Continúa en la p. 2 Catalanes en Aguadilla


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