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CTA NOTARIAL
RELATIVA AL JUICIO DE LOS INSURRECTOS
EN EL GRITO DE LARES

(Posiblemente escrita por el juez don Nicasio Navascues a cargo del proceso)

El Grito de Lares: sección socios
Proclama de Betances a los puertorriqueños
La bandera revolucionaria del Grito de Lares
Constitución de la revolución puertorriqueña
Proclama de los 10 mandamientos de los hombres libres
¡Betances! Reseña publicada en 1868
Carta de Betances a Sanguily
Segundo Ruiz Belvis: un canto al sacrificio y la libertad
Proclama sobre la muerte de Ruiz Belvis en 1867
Carta de 1866: vasta conspiración muy próxima a estallar
Captura de Manuel Rojas y otros cabecillas
Lista de arrestados en el Grito de Lares
Relación de los presos en la cárcel
Restos de Betances llegan a San Juan en 1920






"LOS INFRASCRITOS juez y Escribano de la causa que se instruye con motivo de la rebelión armada ocurrida en Lares, el Pepino y otras jurisdicciones; y cuya causa se encomendó por su acuerdo del tribunal pleno de Su Excelentísima la Real Audiencia del territorio, fecha veinte y [roto] de setiembre último al juez que subscribe, cumpliendo lo dispuesto en Auto de ayer.

ertificamos:

Que en la noche del veinte y dos de setiembre último se reunieron en la casa de Mister Matías Brugman, situada en el barrio de Buenavista (campo) jurisdicción de Mayaguez Don Henrique Brugman, Don Bruno Schalsíe, Don Rafael Arroyo, Don Elías Beauchan, Don Agustín Lara, Pepe García, Dionisio Beauchan o la mayor parte de los mismos con otros, incluso Paco Arroyo, teniendo por obgeto la reunión el quedán conformes en el siguiente día salir armados al campo con las partidas de gente que pudieran reunir con obgeto de proclamar la libertad y la independencia de esta isla, para la cual hacían muchos meses, que funcionaba la Sociedad Secreta denominada "Capá Prieto", de la que era presidente Mister Matías Brugman, vicepresidente Don Juan Terrefort, secretario Don Baldomero Bauren alias Guayuvín, hermano instructor Don Francisco Arroyo y socios otra porción de personas que lo tienen confesado en sus respectivas inquisitivas anunciando a otros que todavía no han podido ser obgeto de indagación:

Que la presitada reunión se convocó inesperadamente, á consecuencia de haber tenido noticias Don Manuel Rojas presidente de la Sociedad Secreta "Bravo número 2" establecida en su casa, barrio de Pezuela, jurisdicción de Lares, que el presidente de otra Sociedad Secreta denominada "Lanzador del Norte" había sido puesto preso por el Señor Comandante Militar de este Departamento de Arecibo en la noche del veinte al veinte y uno de setiembre, ocupándole algunos papeles, que suponían podían comprometer y descubrir a la mayor parte de los afiliados en las tres referidas sociedades, y en la que, bajo el título del "Porvenir" establecida en el Cuartel de Milicias del Pepino, bajo la presdiencia del Alferez de aquel cuerpo funcionaba, como delegación de la del Bravo Número 2: Que el movimiento se operó en su consecuensia prematuramente, pues debía tener lugar simultáneamente en varios puntos de la isla, entre ellos Mayaguez, (población) Cabo Rojo, San Germán, Yauco, Ponce y otros, que no se han enunciado por los acusados, debido todo a la inesperada prisión de Don Manuel María González, presidente del "Lanzador del Norte":

Que con el fin de hacer el levantamiento simultáneo en varios puntos, todas las sociedades mandaron sus representantes a la del "Capá Prieto", efectuándose la reunión en uno de los días del dies al quince de setiembre último en la casa de Don Pablo Beauchau, en la que se reunieron Mister Matías Brugman, Baldomero Baurén alias Guayuvín, Don Juan Terrefort, Pedro Beauchan y cuatro personas mas, desconocidas para el Pablo, y que debieron sér Marcelino Vega, secretario de la de "Lanzador del Norte", Don Manuel Cebollero, presidente de la del "Porvenir' y, tal vez Don Manuel Rojas, según se infiere de la declaración de Manuel Ramírez, obrante en la pieza primera de Lares, sin que en aquel día lograran acuerdo alguno: pero, con posterioridad y antes de la noche del veinte del precitado mes, debió tener lugar tal acuerdo, puesto que el Don Manuel Ramírez, vecino de Lares, se presentó en la misma al presidente del "Lanzador dei Norte", pidiendo le convocara á sus socios para decidirlos a levantarse el día veinte y nueve; y en efecto tuvo lugar la reunión bajo la presidencia de Don Manuel María González en una casa deshabitada, situada en el barrio de Ciénaga, jurisdicción de Camuy, perteneciente aquella á Don José Cesilio López, en cuya reunión el Ramírez la necesidad de realisar el movimiento en el día veinte y nueve, á lo que se oponía Don Manuel María González, manifestando, que se carecía de armas y otros recursos, replicando Ramírez que él mandaría armas y que en nueve días podían buscarse de debajo de la tierra, concluyendo con manifestar, que si el "Lanzador" no iniciaba el movimiento, le quedaría al Centro Bravo Número 2, la gloria de haberlo iniciado; con lo que la generalidad de los socios que asistieron á dicha reunión, incluso el Cecilio López estuvieron conformes, componiéndose aquella del presidente, de Don Marcelino Vega, Don Carlos Martínez, Don Bonifacio Aguería, de Don José Antonio Hernández, Don Ramón Estrella, Don Bartolomé González, Comisarios de barrios, de Don Cecilio López, Casto Antonio Santiago, Don Manuel Ramírez y Don Ulises Cancela:

Que a luego de terminada la reunión mandó el presidente Don Manuel María González todas las actas y papeles más importantes, pertenecientes á la sociedad, á Don Manuel Rojas presidente del "Centro Bravo" o sea "Bravo Número 2", por medio de un espreso; y á las pocas horas, o sea al amanecer del veinte y uno fué cuando, á virtud de ciertas noticias suministradas por el Capitán de Milicias Don Juan Castañón, Comandante de Cuartel de Quebradillas, con la que se formó el oportuno espediente, se decidió el Señor Coronel Gefe de este Departamento á practicar un escrupuloso reconocimiento en la casa de Don Manuel María González, ocupándole un cuaderno manuscrito, compuesto de nueve hojas, que se encabeza con el epígrafe de "Reglamento formado por nosotros los fundadores de la asociación para la libertád é independencia de la isla de Puerto Rico"; en cuyo reglamento se desarrolla la organización de la sociedad que constaba de Hermanos, Priores y Maestres descendiendo después á designar las obligaciones de los socios y de los Maestres; y los modos de hacer la propaganda revolucionaria; ocupándose igualmente un manuscrito en que se critica la administración general de la isla y otro de máximas, unas morales y otras inmorales, en especial en lo que se refiere al crédito y operaciones mercantiles, con más algunas anotaciones, en que se habla de la necesidad de armarse y equiparse, ver que armas tiene cada uno, así como también los individuos con que se cuenta, verse en Mayaguez con Don José María Gonce sobre el importante negocio; y también se encontraron varias hojas de papel sellado de diferentes años, que ocupó la referida autoridad militar:

Que es incuestionable por estar demostrada, con los testimonios de variedad de los procesados, incluso los de Don Manuel Rojas, Don Manuel María González, Don Manuel Cebollero, y varios socios de la de Capá Prieto, la existencia de las cuatro sociedades secretas denominadas "Centro Bravo Número 2, Capá Prieto Número 1°, Lanzador del Norte y Porvernir", todas funcionando con su reglamento, con la admisión de socios, mediante la fórmula del reglamento, en el que, entre otras cosas, se comprometían los afiliados a poner la mano en donde se les mandase, sin objetár cosa alguna, saliendo al campo armado cuando se determinara, para proclamar la libertad, la independencia de esta provincia, la república y la destrucción de todos los elementos políticos y aun materiales que hoy la constituyen; aparetiendo suficientes méritos para creer, que en la Isabela, sin constituirse todavía en sociedad, había varias personas comprometidas con el mismo fin, y que en Ponce era el presidente del Club, Don Carlos Eliot Lacroix, que era conocido entre los socios bajo el nombre de Luis Catalá, cuyo seudónimo habrá adoptado, por hacerse demasiado público los nombres propios, sin que hayan llegado a descubrirse las sociedades de San Germán, Cabo Rojo y Arecibo, por más que existen indicaciones de que tanto en dichos sitios, como en la Capital se trabajaba en el mismo sentido, y no se conciba de otro modo las cuatro sociedades secretas de que se ha hecho mensión, en el pequeño radio de cuatro o seis leguas:

Que el juramento exigido a los afiliados y los testimonios de la mayor paree de los que han sido indagados consignan clara y terminantemente, que el obgeto de dichas sociedades era el de allegar medios para, en su día, hacer la proclamación de los obgetos á que se ha hecho referencia, sosteniendo entre tanto latente la conspiración, mediante la mutua comunicación de proclamas y otros papeles subversivos, contrarios todos y calumniosos á la nación española, a la Señora que ocupaba el trono y al nombre español; exigiendo a los socios distintas cantidades, según su función, y haciendo otras colectas de dinero, que en distintas ocasiones se ha remitido al Doctor Don Ramón Emeterio Betances existente, unas veces en San Thomas, otras en Santo Domingo y algunas en los Estados Unidos, y de quién se esperaban recursos de hombres y armas, según unos, de mil quinientos rifles y según otros, de mayornúmero:

Que tan luego como se apercibiesen los socios del Lanzador del Norte, de que su presidente había sido preso, se agitaron, especialmente Don Carlos Martínez, hermano uterino de aquel, levantando gente en los barrios de Camuy, con el obgeto de matar a los que lo habían conducido en tal concepto, obedeciendo las órdenes de el Señor Gefe del Departamento, y desde la mañana del veinte y uno reunieron varios grupos; Martínez quiso ocupar un depósito de cartuchos que, para el obgeto revolucionario, tenía ocultos Don José Antonio Hernández, todo bajo el pretesto de que se levantaban patrullas para perseguir a los que seis días antes habían robado la casa de un canario dándole muerte en la jurisdicción de Hatillo:

Que congregada la gente armada en la de Don Matías Brugman en la mañana del veinte y tres del propio mes; y llegando a las inmediaciones de la misma, muchos de los socios del Capá Prieto, conforme habían convenido en la noche anterior, conduciendo algunos sus esclavos, como Don Pedro Beauchan que llevó cuatro únicos útiles que tenía, Don José Antonio Monal que se presentó con tres, y Don Pablo Beauchan que mandó a dos, ofreciéndoles la libertad tan pronto como la ganasen en la pelea, la gente se puso en marcha, mandada por Don Juan Terrefort, que dió un viva a la libertad; egerciendo mandos subalternos indeterminados los que iban á caballo, armados de revólver y sable ó machete, escopeta y también algunos de rifle; y después de recoger á varios jornaleros que espontánea ó involuntariamente engrosaban las filas de los rebeldes, armados los de a pié de machetes, marcharon todos en dirección de la casa de Don Manuel Rojas, habiendo hecho alto antes en la del Comisario Don Manuel Gómez, en la que bebieron líquidos alcólicos; continuaron su marcha en aquella dirección allanando a su paso, la casa del catalán ó mallorquín Coll, cuya tienda abrieron a viva fuerza, disparando los ginetes sus revólveres sobre la misma, entrando a saco en ella la gente de color que después de aprovecharse de algunos comestibles, arrojaron al camino todos los efectos que en ella había, incluso el cajón y monedas de cobre que contenía, llevándose consigo, en clase de preso al único dependiente que representaba aquella casa:

Que unos pasos antes de llegar a la de Don Manuel Rojas, situada en el barrio de Pezuela, era esperada la gente por otra armada que se confundió con la procedente del barrio de Buena Vista y toda reunida hizo alto en casa de Rojas, municionándose las gentes con cápsulas de revólver y algunos cartuchos que desde por la mañana se estaban haciéndo en dicha casa á toda prisa custodiando aparte de la fuerza a pié algunos ginetes y colocando la restante en las almacenes de la precitada casa: Que antes de partir, Rojas enarboló una bandera cuadrada y encarnada, y Clemente Millán otra blanca en forma diagonal y rectangular y despues de presentarse como gefe de la fuerza, dio vivas a la libertad, a la independencia de la isla y a la república, con mueras a los españoles e Isabel II, cuyas locusiones repetían los ginetes alzando los revólveres; quemándose después y picándose algunas libretas de jornaleros:

Que á seguida se puso en marcha la comitiva, compuesta según unos, de trescientos hombres, según otros, de mucho mayor número, dirigiéndose mandados por Rojas a Lares, no sin haberse detenido en la tienda de Don Felipe Arana, de la que tomaron varios efectos y caballos y en la que Paco Arroyo disparó su revólver contra Agustín Venero, hombre de color, sin otro motivo que haberse mostrado perplejo á seguir a los rebeldes, y de cuya herida murió a los pocos días:

Que otra partida armada allanó la casa de Don Pedro Gandarillas, estanciero, situado a un quilómetro de la casa de Don Manuel Rojas, entre cuyo número se hallaban Don Joaquín Parrilla, su hermano Don Manuel, Don Galvino Plumey, Don Contado Colón, Don Manuel de León, y después de amenazar al Gandarillas con los machetes, escopetas y revólvers gritando viva la libertad, viva la independencia de la isla, viva la república, mueran los españoles, muera Isabel Segunda; lo ataron con una soga que al efecto llevaban, sin que le permitieran echarse ni ponerse una levita; y en tal situación fué conducido a la casa de Rojas, distinguiendo entre los rebeldes a Félix Medina, Ygnacio Antonio Vélez y Catalán Rodríguez, sin que le permitieran volver la vista atrás los que hacían de gefes, porque al efecto le amenazaban con las armas, contándose entre aquellos Gavino Plumey, hermano de la muger de Gandarillas, y llegando á casa de Rojas donde, se titulaba gefe del Cuartel General, su mayor /[f. 8v.] dama Dominga Lope, fué remitido por órden del mismo a Lares en unión de Don Cristóbal Mangrave que también iba preso y habiendo escalado los rebeldes la tienda de Don Bartalomé Bernal volcando cuanto en ella había, lo hicieron también preso y continuaron su camino para Lares donde los colocaron en el cepo de ambos pies entrando al cuarto en que se hallaban en igual calidad el Alcalde y Secretario:

Que llegada la fuerza á Lares se dispararon varios tiros gritándose Viva la Libertad; Viva la República; Viva la Independencia, Vivan los Puertorriqueños, Mueran los Españoles, cuyas voces proferían generalmente ordenando Rojas que se cercare la casa de Don Frutos Caloca en cuyo acto dijo Andrés Pol hechen fuera á ese español que lo vamos a matar y arrastrar por las calles disponiendo a la vez el precitado Rojas que se asaltase la casa, lo que se efectuó rompiendo sus puercas á golpes de machete y de hacha con cuyo motivo Caloca se fugó en calzoncillos y descalzo arrojándose por una ventana y al verificarlo se encontró al pié de la misma a Nicolás García, sapatero de oficio y Alejandro Ramírez albañil que no tenían otras armas que machete pero al ver á Caloca con arma de fuego lo dejaron marchar:

Que se reconoció penetrando los rebeldes hasta el cuarto de su esposa Doña Ditalia Cueto á la que se le instó vivamente por Don Aurelio Méndez juez de Paz, que digera donde estaba su marido pues él lo presentaría á Rojas y no le sucedería nada, habiendo invadido previamente la turba entre la cual se hallaba Don Leopoldo Plumey, el negro Juan Ramón del Pozo, Don Manuel Rojas, Don Andrés y Don Bernabé Pol, la casa de la que despareció una caja de alhajas que valdría mas de cuatrocientos pesos profiriendo los unos y los otros las locuciones de que su marido no había venido a Puerto Rico mas que á buscar dinero, cobrar sus cuentas inmediatamente, no tener consideración á nadie y por último que era una lástima se tubiera casada con un español: Que en la casa de Don Antonio Ferrer y de los Márques se cometieron idénticos escesos, se tomaron de las tiendas de los mismos y tambien de la de Caloca cuantos efectos subieron por conveniente, se hicieron presos al Don Antonio Ferrer, á Don Pedro Mayol y á otra porción de peninsulares habiendo disparado dos tiros al Ferrer Don Cesáreo Martínez, otro de los rebeldes, que tomó uno de los caballos del Ferrer:

Que una vez reunidos los gefes y demas que ejercían mandos subalternos en la rebelión, entre cuyo número se encontraban todos los que se han enunciado de los barrios de Mayaguez, Don Manuel Rojas, Don Pedro Segundo García, Don Juan Terrefort que como el anterior eran de Mayaguez; Don Francisco Santana, Don Andrés y Don Bernabé Poi, Don Joaquín Parrilla, Don José Ribera, Don Eusebio Ibarra, Don Manuel Cebollero, los tres hermanos Plumey, Don Clemente Millán, Don Aurelio Méndez y otra porción de personas, en la Casa de Rey se destituyó al Alcalde obligándole Rojas á decir Viva la Libertad para lo que le tomó del brazo insistiendo en que con más fuerza profiriese tal palabras y después de quitar de su sitio el retrato de la Señora que ocupaba el trono, se creó un Gobierno Provisorio ó sea provisional republicano bajo la presidencia de Don Francisco Ramírez, siendo sus ministros respectivos Don Aurelio Méndez, juez de Paz, de Relaciones Exteriores según unos y según otros de la Guerra, Don Federico Valencia, escribiente de dicho juzgado, de Gracia y justicia, Clemente Millán, Agente de Relaciones Esteriores é Interiores y el ciudadano Bernabé Poi, Secretario General del espresado gobierno:

Que el mismo funcionó dictando Ramírez las órdenes que se acompañan literalmente mandando fijar en las paredes los edictos que obran ocupados en autos y en los que consta bien definido que el objeto de la rebelión no era otro que el de no continuar bajo el dominio español estando dispuestos antes a morir; Que al amanecer después de haber vivaqueado por la calle la fuerza armada, se puso en marcha la mayor parte de la misma en dirección al Pepino con objeto de posesionarse de dicho pueblo y ocupar las armas existentes en el Cuartel de Milicias, mandados por Rojas, recogiendo la gente de los campos que encontraban a su paso y á la que obligaban á formar parte de la espedición, y entretanto fueron llegando otras partidas de los campos inmediatos á Lares, entre los que figuraban la mandada por Pedro Pablo González, á quien el día anterior, había llamado el juez de Paz usando del sello del juzgado, para que se le presentara, encargándole en la entrevista que con el mismo tuvo, que viniere al siguiente día con la fuerza armada que pudiera reunir, cuya circunstancia así como también la de haber hecho otro encargo igual á Manuel Cirilo González [ilegible] el precitado juez de Paz pero le a pedido ocuparse una de las papeletas en que consta el llamamiento:

Que llegada la fuerza al Pepino, penetraron en dicho pueblo, es decir hasta su calle llamada de Lares y plaza, en que está situada la Casa de Rey, sobre treinta o cuarenta hombres á caballo, entre cuyo número se hallaban Don Manuel Rojas, Don Manuel Cebollero, Don Eusebio Ybarra, Don Clodomiro Abril, Don Andrés Pol, Don Rodulfo Echevarría, Don Ygnacio Balbino Ortolaza, Don Pedro Segundo García, Don Leandro Ribera, saliendo del grupo las voces de Viva Prim, Viva la Libertad, y por último Viva la Independencia de la Isla, y habiéndose disparado por parte de los rebeldes una arma de fuego, los dies milicianos de trece que guarnecían el cuartel mandados por Don Pedro San Antonio y Don Pablo Chavarri hicieron fuego sobre los rebeldes lo mismo que el Corregidor de Aguadilla; el cual fué contestado por estos, habiendo quedado muerto de entre los rebeldes un hombre desconocido á quien se atribuye ser dominicano y Brigadier, heridos, otro desconocido y el miliciano de Lares Venancio Román, los cuales murieron a las pocas horas; resultando herido el miliciano Clemente Borrero y Aniceto Aborrio que se hallaban al lado de la autoridad; constando además en esta causa que el rebelde Manuel Rosado, portador de la bandera blanca, cuya inscripción se acompáña, recibió un balazo en el brazo derecho:

Que a seguida los rebeldes abandonaron la plaza y calle profiriendo la boz de "atras, atras" que hay gente armada y en su fuga atropellaron con los caballos á la gente de a pié que todavía se hallaba ó caminaba por el puente y calle indicada: Que Rojas trató de rehacerse proponiendo á los ginetes regresar al pueblo, pero aquellos no aceptaron tal proposición y si la de reunirse en su casa á donde efectivamente llegaron en distintas facciones, no sin haber antes mandado un espreso á Don Francisco Ramírez encargándole que se retirara de su casa, es decir á la de aquel, cuyo encargo también desempeñó otro de los cabecillas ó sea Don Pablo Rivera y Delgado, hijo del Alcalde de Camuy:

Que entretanto la fuerza armada iba al Pepino, Bernabé Pol, ó sea el Secretario de Gobierno Provisional ordenó en nombre del Presidente de dicho Gobierno, al Reverendo Cura Párroco que cantare un Te Deum, á lo que en un principio no accedió dicho sacerdote, pero á nuevas instancias y mandatos y teniendo presente la situación de las familias de los peninsulares que se hallaban presos condescendió en que tubiere lugar tal ceremonia aun cuando no en la forma y con las solemnidades que la Yglesia ordena:

Que los presos fueron puestos en libertad por mandato del Presidente Ramírez ora así lo ordenara Rojas, ora se equivocara la órden de que los condugeran a su casa, siendo un hecho demostrado que el juez de Paz y el escribiente de dicho juzgado que habían desempeñado los cargos de Ministro de la Guerra y Gracia y justicia, fueron los que materialmente dieron libertad á aquellos esplicando el juez de Paz que había aceptado el cargo de Ministro por compromiso; constando en la causa que es concuñado de Don Manuel Rojas, Clemente Millán, Bernabé Pol, Manuel Ramírez y otros de los rebeldes, y a la vez que el padre de aquel, un tío y primo carnal y dos hermanos más habían tenido intervención mas ó menos directa en los actos de rebelión, en las Sociedades Secretas en la concurrencia y llamamiento de gente que [F. 15v.] en las noches del 22 y 23 de setiembre había tenido lugar en las inmediaciones de una estancias de Café que en el barrio de Hato Arriba jurisdicción del Pepino, posee Don Francisco Méndez padre del indicado juez de Paz: Que algunos de los rebeldes y en especial Cesáreo Martínez recorrieron varias fincas donde había esclavos ordenando á sus amos que en nombre del Gobierno Superior de la Ysla los [condujeran?] al pueblo del Pepino á las once de la mañana, á cuya hora se les iba á dar la libertad y en efecto algunos de Don Víctor Serrano cumplieron tal encargo.

Que una vez congregadas las gentes autores de la rebelión en la casa de Rojas insistió el mismo en sostenerse en los montes, pues el pueblo de Mayaguez y otros tenían que levantarse secundando la bandera que ellos habían alzado: Que andubieron en montes varios días hasta que algunos se presentaron a los Comisarios de Barrio y otros fueron aprehendidos por las tropas del egército y Milicias Disciplinarias destinadas espresamente á su persecución por el Excelentísimo Señor Capitán General como autoridad militar competente:

Que alguno de los rebeldes se fugó sin hacer alto á las tropas con cuyo motivo le hicieron fuego en cuyo número de muertos Mister Matías Brugman, Guayubín y Joaquín Parrilla aun cuando no consta plenamente justifica la identidad de los dos primeros, ni se hayan ultimado todavía las actuaciones en averiguación de tales estremos:

Que tan luego como pudo averiguarse que los precitados Don Manuel Rojas, Don Manuel Cebollero, Don Eusebio Ybarra, Don Rodulfo Echevarría, Don Pedro Segundo García, Don Clodomiro Abril, Don Andrés Poi, Don Leoncio Ribera y Don Ygnacio Balbino Ortolaza, formaron parte de los rebeldes que resistieron á la fuerza militar que guarnecía el cuartel del Pepino prestando un servicio de armas ó que la mayor parte de ellos habían sido aprehendidos por tropas destinadas á su persecución por la autoridad superior competente, este Juzgado dictó el correspondiente auto de inhibición á favor de la jurisdición militar que ya actuaba en averiguación de los que hicieron la resistencia: Que han sido ó están siéndolo objeto de aquellas actuaciones dos Alfereces de Milicias, varios milicianos y lo son por parte de la jurisdicción ordinaria dos jueces de Paz, un suplente de dicho cargo y varios comisarios de barrio ora, como conspiradores, contra la seguridad interior y esterior del Estado, ora como rebeldes:

Que todas las Sociedades Secretas tenían un hermano que se llamaba instructor con objeto de enseñar á los afiliados el santo y toque, bajo cuyos signos podían ponerse en comunicación con los de las Sociedades bajo las fórmulas de ¿En que se ocupa usted?; en asuntos útiles; deme una letra preguntaba el interpelante: L, contestaba el interrogado; M, decía el interrogante, ó sea Libertad o Muerte: y haciéndose un saludo mediante la elevación de la mano derecha hasta la altura de la oreja del mismo lado y dándose después mutuamente dicha mano é imprimiéndose ligeros golpes en el pulpejo de la misma cerca del hueco que forma la muñeca, quedaban reconocidos como hermanos y pasaban á tratar de los asuntos políticos, de los adelantos que hacía la conspiración y la propaganda revolucionaria é independientemente que se iba estudiando á medida que se aumentaban los prosélitos: Que los gefes é individuos de las juntas directivas de las Sociedades Secretas se reconocían pidiéndose el nombre de un Cacique á lo que el interpelado contestaba Agueniba:

Que no se han descubierto todavía otros motivos de la existencia de las Sociedades Secretas y de la rebelión abortada en Lares que el de proclamar la independencia de esta ysla estableciendo un Gobierno Republicano sin que otras consideraciones económicas hayan podido influir en la generalidad de los rebeldes y conspiradores para lanzarse al terreno rebolucionario y cohtrario a la nacionalidad de que forma parte integrante esta Provincia:

Que muchos de los rebeldes y conspiradores son propietarios de haciendas de café, gozando unos de cómoda posición, otros adeudan gruesas sumas contando con bienes bastante para satisfacerlas, unos deben más de lo que tienen y finalmente algunos no tienen oficio conocido, ní medio legítimo de subsistencia: Que en los campos vigilados tan solo por Comisarios de Barrio es donde la conspiración se ha desarrollado en mayor escala, pues á todas horas podían reunirse los afiliados sin temor de ser descubiertos por los dependientes de la autoridad, sin que pueda echarse en olvido que la mayor parte de la población de la ysla reside en el campo: Que los vecinos peninsulares de Lares y algunos puertorriqueños, venían presintiendo, hace sobre un año la perturbación moral que dominaba a los espíritus rebeldes de dicho pueblo, abrigando temores de que el día menos pensado podían lanzarse á las vías de hecho, por cuya razón, sin saber la esistencia de las Sociedades Secretas, dieron el oportuno parte ál Comandante Militar de Aguadilla:

Que las proclamas subersivas contra el Gobierno y Nacionalidad Española eran uno de los documentos mas importantes que se conservaban en las Sociedades Secretas: Que los nombres y números de las hasta aquí descubiertas inducen a creer como lo indica uno de los presidentes que existe otra Sociedad titulada Lanzador del Sur, otra Capá Prieto y otra Bravo con distinto número.

Que no puede dudarse que el presidente del Lanzador del Norte estuvo en Mayaguez á últimos de julio último, hablando sobre los adelantos y progresos del plan rebolucionario con varias personas, entre otras con Don José Aello G..ee, Don Salvador Carbonel y Don Juan Chavarri, deduciéndose de la conversación, que en dicha Villa, se alimentaban dos ideas distintas, pues unos querían proclamar la independencia y otros por la anexión a los Estados Unidos:

Que Luis Aldama, designado como uno de los comprometidos para que al conducir los caudales públicos á la Capital, dejaba en Isabela revolvers, hizo resistencia á los municipales que iban á prenderlo, suicidándose antes de rendirse, habiéndose encontrado entre su equipaje un pañuelo con las iniciales de J. Ch. que deben referirse á Juan Chavarri. Que Don Ramón Emeterio Betances, que se fugó de esta isla, por no comparecer ante la presencia del Señor Capitán General en julio de 1867, lo propio que Don Segundo Ruiz Belvis, juez de Paz de Mayaguez, estaban en contínua correspondencia con Mister Matías Brugman, apareciendo como el director de la rebelión ofreciendo 300 fusiles, quinientos hombres y otros recursos y hasta venir a morir con sus hermanos.

Que existe un vínculo de unión indisoluble entre las Sociedades Secretas, Betances y demás socios de aquellas, por más que muchos no conocieran á aquel, siendo un hecho que los rebeldes victoriaban al precitado Betances: Que entre los comprometidos, según la correspondencia que Rojas enseñó á Don Manuel María González, aparecían quinientos hombres dispuestos á favorecer los planes de los rebeldes: Que el origen, la índole y naturaleza de la rebelión están averiguados, sin que pueda dudarse que se atentaba á la integridad del territorio, á todo lo que es peninsular no solamente en lo político, sino también en lo que respecta a los intereses materiales de los españoles aquí establecidos, pues a escepción de Don Felipe Arana, no padesido de [ilegible] alguno el elemento indígena.

Y sin la ecsistencia combinada de las Sociedades Secretas no es fácil que se hubiera presentado armada la revolución: Que tiene una lógica esplicación el que no hayan contestado al grito de la rebelión otros pueblos y personas, pues abortada aquella por la prisión repentina de González no es difícil suponer que los demás comprometidos dejaran de salir al campo cuando ya las tropas recorrían en columnas varios puntos de la ysla; sin que por ello deba creerse que Don Eusebio Ybarra ha faltado escusialmence á la verdad al referir en sus inquisitivas la ecsistencia de mas Sociedades Secretas que las descubiertas: Que son ya obgeto de precedimienco entre conspiradores cabecillas y peones cuatrocientos cincuenta presuntos reos poco mas ó menos y entre los que han confesado culpabilidad ochenta ó mas; habiendo sido puestos en libertad sesenta y dos:

Que no se ha ocupado más que un escasísimo número de armas blancas y de luego ignorándose donde se encuentran las empleadas en la rebelión: Que no hay indicaciones bastantes para suponer que ninguna potencia estrangera ha tenido parte en la rebelión por más que Don Ramón Emeterio Betances contase con los recursos particulares que podía adquirir en Santo Domingo, en San Thomas y en otras yslas inmediatas, pues es sabido que tales recursos podía proporsionárselos sin interbención [ilegible] del país en que los lograra:

Y que este trabajo tiene que rescribirse de las escasas horas en que se ha hecho para aprovechar la prócsima salida del vapor correo francés sin que sea dable analisar con la debida atención treinta y dos piezas de autos y ménos entenderse en consideraciones cuando tampoco las pide el Excelentísimo Señor Gobernador Superior Civil. Y en cumplimiento de lo acordado, libramos la presente que firmamos en Arecibo, a diez y 9 de diciembre de 1868".


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FUENTE: Archivo General de Puerto Rico. Fondo de los gobernadores españoles. Serie: Asuntos Políticos, subserie: Revolución de Lares. Caja: 181.

El Grito de Lares

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